Desde muy temprano, he encontrado mis fuentes de inspiración musical en los caminos que transitan por la interdisciplinariedad: bellas artes, ritos ancestrales, literatura, matemáticas, etc. En este caso, me he basado en la poesía tradicional japonesa y más concretamente en los los haiku, –􏰀􏰁–. Estos son poemas breves de diecisiete moras, las unidades que se emplean para medir la duración de los segmentos fonológicos, –al traducirlo a otros idiomas las sustituimos por sílabas–, aunque actualmente hay autores que establecen una mayor variedad en cuanto a las posibles estructuras de haiku.

En cualquier caso, este género poético parte de una visión antropocéntrica, a través de la que se describen emociones que emanan de la contemplación de la realidad, especialmente de la naturaleza. Uno de los principales autores fue Matsuo Bashô, monje budista que popularizó el haiku en Japón. Es por ello, que trasciende una suerte de relación entre el budismo zen y el taoísmo con este tipo de poesía. En esta obra musical para flauta, piano y cinta, –tape–, se rinde homenaje no sólo a Bashô, sino también a otras figuras importantes. como Santôka, Issa y Onitsura.

O Porriño, a 19 de abril de 2023

Juan Eiras